Empecé a tejer esta piecera de granny squares cuando comenzó el frío en Santiago. Llegaba el invierno con días grises, lluvia y esta linda lana que me trajeron desde Coyhaique ya no podía seguir guardada. Así que mientras ovillaba me puse a pensar cómo podría darle forma a este nuevo trabajo.
Y cuando pensaba y ovillaba, me di cuenta que no tenía nada en la casa tejido con los granny squares tradicionales. Y, la verdad, lo encontré grave… jajaja. Los “grannys” son el tejido más clásico a crochet y, aunque existen muchísimos diseños distintos, el granny tradicional se lleva todos los aplausos. Sencillo, versátil, atemporal… ha estado en las casas por generaciones en forma de colchas y chales. Y mi casa no podía ser la excepción.
Así que empecé a tejer granny squares. Pero surgió un problema… no tenía suficiente lana. Y como era artesanal, ninguna posibilidad de comprar más. Y menos viniendo desde tan lejos. Así que bueno, a ponerse creativa no más.
No iba a abandonar mi idea de tener por fin mis grannys, así que tejí 10 combinando blanco y rojo frambuesa. De ahí en adelante empecé a hacer malabares, mezclando, viendo opciones, tejiendo y destejiendo.
Finalmente, llegué a esto:
- 4 grannys tradicionales, pero esta vez combinando blanco con color ladrillo
- 4 cuadros color ladrillo en un punto calado
- 2 cuadros blancos súper sencillos, en los que solo combiné puntos altos y cadenetas
- Y los 10 grannys blanco – frambuesa que tejí al principio
Aunque me hubiera gustado que mi piecera fuera más grande, debo decir que quedé feliz con el resultado. Quedó bien rústica, se luce la lana, y es muyyyy calentita. No necesito nada más 😉
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